¿Es un mito o una realidad la mala relación entre perros y gatos?
Seguramente habrás oído en infinidad de ocasiones, o incluso habrás utilizado tú la expresión “se llevan como el perro y el gato”. Esta expresión es muy utilizada cuando nos referimos a que existe una mala relación entre dos personas, o entre dos animales, o entre una persona y un animal. Pues bien en este artículo quiero revelarte que no es real el mito de la mala relación entre perros y gatos.
Pues sí, ya te he desvelado el misterio. Y aunque puedes seguir utilizando el tan recursivo dicho, es importante que sepas desde un principio que es falso que exista una mala relación entre perros y gatos.
Por supuesto que siempre hay excepciones para una regla. Así que a lo largo de este artículo te contaré en qué circunstancias la relación entre perros y gatos puede ser negativa y nos puede provocar problemas de convivencia.
Causas de una mala relación entre perros y gatos
Existen ciertas situaciones en las que podemos sufrir una mala relación, e incluso que se peleen entre ellos. Por ello hay que tener especial cuidado en que no se den estas situaciones y evitar así problemas.
Introducción de un perro en una casa con gatos
Todos sabemos que los gatos son animales muy territoriales. Por lo que si ya hace un tiempo que tenemos un gato en casa y de repente le llevamos a un perro; podemos tener problemas en la relación entre perros y gatos. Aunque puede haber excepciones. Si el perro que llevamos a casa es un cachorro aún, puede que el gato en un principio le sople y no lo acepte. Aunque no lo atacará. Ya que al ser más o menos de su mismo tamaño, no lo considerará una amenaza. Y seguramente con el tiempo, cuando se acostumbre a su presencia, dejará de soplarle y se harán amigos. Pero si el perro es de mayor tamaño que el gato, es posible que lo ataque. Ya que ha entrado un extraño en su territorio, y debe protegerlo.
Además, esto unido a que los gatos son extremadamente sensibles con los cambios, puede darnos problemas de adaptación a esta nueva nueva situación, y surgir la mala relación entre perros y gatos.
Algo muy importante para evitar problemas en la relación es que una vez hayamos introducido al perro, debemos prestar la misma atención, o incluso más al gato que al nuevo perro. Porque sería contraproducente que el gato notara que a la llegada de un “rival” él ha pasado a un segundo plano.
Introducción de un gato en una casa con perro
Si en casa ya tenemos perro y queremos adoptar a un gato, es muy importante la educación y la conducta que tenga el perro. Ya que si el perro está bien educado desde pequeño e introducimos un gato joven, el perro simplemente sentirá curiosidad por el nuevo inquilino, pero no le hará nada. Y por supuesto el gatito tampoco hará nada.
En cambio si tenemos un perro y queremos introducir un gato ya mayor, es muy probable que al llegar a casa, y el gato sentirse en un entorno desconocido, indefenso, y encima el perro, es probable que surjan problemas de relación entre perros y gatos. Pero es por el problema de los gatos a la adaptación a nuevos cambios.
Lo más seguro para que exista un excelente relación entre perros y gatos es que se comiencen a conocer antes de las 12 semanas de vida. Si ambos crecen juntos, serán amigos inseparables. Además de que cualquiera de los dos defenderá al otro ante cualquier situación que ellos consideren peligrosa.
Hay que tener en cuenta también qué depende de la raza de cada perro. En esta dirección puedes descubrir las Razas de perros que mejor se llevan con los gatos.
Cómo presentar a perros y gatos
Si tenemos la sospecha de que desde un principio vamos a tener problemas a la hora de juntar perros y gatos, lo mejor es hacerlo poco a poco, y teniendo mucha paciencia.
Sería conveniente que el gato tuviera su espacio personal privado. Por ejemplo una habitación donde él tenga su comida, su agua y su arena. Pero que no tenga contacto directo con el perro. Así el perro podrá ir oliendo al nuevo compañero y que se le vaya haciendo familiar.
Más tarde, toca el momento de que se vean las caras. Pues bien, es cuando debemos ponerle la correa al perro para evitar cualquier problema y poder corregirlo desde el principio; y abrir la puerta para que se comiencen a ver. Es importante que en ningún momento grites, ya que el gato puede pensar que es a él, ponerse nervioso y atacar.
Existe la falsa creencia de que tanto en gatos como en perro depende de la raza para la adaptación entre ellos. Pues bien, eso es falso, ni las razas de gatos ni la del perro depende en eso.
Verás como es sólo cuestión de tiempo y de tener paciencia en que ambos se acostumbren y consigamos buena armonía en la relación entre perros y gatos.
La idea para la realización de este artículo fue de nuestra amiga Rosamunda.
Si tienes gatos y perros en casa me gustaría que dejaras en los comentarios como es tu experiencia, y cómo hiciste para que se conocieran.
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