Cuando en su vida jamás ha tenido ningún animal de compañía, ni ha sentido la compañía, ni el cariño, ni el amor que le dan; es posible que lo vea como un objeto más. Y si encima esa persona tiene un alma miserable, lo puede ver como un juguete o una mercancía; la cual puede explotar, haciéndolas parir para enriquecerse.
En cambio, cuando tienes esos ojitos que te miran de frente en casa; y en ocasiones puedes notar su alegría, su tristeza, o incluso su miedo. Te das cuenta que realmente son seres sintientes, con los mismos sentimientos que tú. Y es cuando realmente sabes que no son ni un juguete para un rato, ni una mercancía. Son tu familia.
Por lo tanto, si lo que quieres es enriquecer tu alma #AdoptaUnGato.
La ilustración de este post es de nuestra amiga Rosa Boschetti.
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