Una vez tengas un michi en tu vida, te aseguro que tus siestas no serán lo mismo. Pero no te asustes, al contrario; serán infinitamente mejores. Y verás cómo cuando vayas a la cama, llamarás a tu gato y le invitarás a que te acompañe.
Porque mientras descansas un poquito después de comer, no hay nada mejor que un suave ronroneo para que te ayude a conciliar el sueño. Y por supuesto, qué decir del invierno. Cuando en esas frías tardes te acercas a tu peludito y sientes su calor. Te aseguro que en ese momento se te dibuja una sonrisa y descansas tranquilamente.
Así que no lo pienses más y #AdoptaUnGato.
La ilustración de este post es de nuestra amiga Rosa Boschetti.
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